El cancaneo es la práctica sexual que consiste en
mantener relaciones sexuales en lugares públicos, generalmente de forma anónima
y sin ataduras.
Suele realizarse en parques, playas, bosques y
demás descampados cercanos a zonas urbanas, así como en baños públicos y las aéreas
de descanso de autopistas.
El dogging es el anglicismo para referiste a esta
actividad cuando los practicantes son heterosexuales mientras que cruising es
el termino ingles usado en el ambiente gay.
Cancaneo Heterosexual; Se suele aceptar
que es un fenómeno moderno de origen británico, cuya moda se ha extendido a
otros países. Los lugares típicos para esta práctica son parques y
aparcamientos. Suele haber más de dos participantes y a veces evoluciona hacia
una orgia.
Los mirones son bienvenidos, lo que hace del
dogging una forma de exhibicionismo. Los participantes se pueden reunir de
forma casual o (cada vez más habitual) haberse citado a través de internet.
Cancaneo Homosexual; El cruising o
cancaneo homosexual más que una práctica exhibicionista es un fenómeno relacionado
con encontrar un compañero sexual de forma anónima, discreta y sin ataduras, en
lugares públicos pero lejos de las miradas extrañas. Además es un fenómeno más
antiguo, existen registros históricos de que esta práctica ya se realizaba en
la antigua Roma. Los baños públicos son mencionados como lugares para encontrar
compañeros sexuales. Juvenal señala que allí los hombres se rascaban la cabeza
con un dedo para identificarse ante los demás. También se cita que había hombres
que buscaban marineros en las proximidades de distrito cercano al Tiber.
Si quieres conocer, reglas y conductas del dogging, visita :http://vidayestilo.terra.es/pareja/sexo/dogging-el-sexo-prohibido,5d1346f9a04fc310VgnVCM5000009ccceb0aRCRD.html
Si quieres conocer, reglas y conductas del dogging, visita :http://vidayestilo.terra.es/pareja/sexo/dogging-el-sexo-prohibido,5d1346f9a04fc310VgnVCM5000009ccceb0aRCRD.html
Fuente: Wikipedia.//
vidayestilo.terra.
Bien, ahora como opinión personal,
añadir que esta práctica cada vez más de moda, tiene el aliciente del
anonimato, ya que también puedes ir disfrazado o a cara cubierta, ya sea con
una máscara o caretas. Internet ha abierto la tapa de Pandora en lo que a la realización
de parafilias se refiere, pues los que se creían solitarios se dan cuenta de
que no son únicos y de que hay muchos como ellos. Y es por ello que se sirven
de este medio para concretar sus citas.
Teniendo en cuenta y
siempre con precaución de con quién se queda.
Solo nos queda disfrutar siendo vistos o a escondidas con un anónimo.
Y una vez más, leamos estas
líneas dejando a la imaginación jugar con el relato que aquí se presenta.
Estaba nerviosa, no sabía con certeza
cuantas personas se iban a presentar, si solo sería ella la única mujer o si
por el contrario nadie iría y haría un gran ridículo, teniéndose que volver sola.
Esperaba con ardientes deseos que todo
marchase bien y disfrutar de una nueva experiencia, ¿serían guapos?,
¿Atractivos?, ¿Agradables? ¿Agresivos?, un mar de dudas cubría a la Mujer. No
tenía demasiado claro donde se estaba metiendo.
Llegó al punto de encuentro, una mesa de
piedra en medio de un descampado a las afueras de la ciudad. Aún no había nadie.
La oscuridad, era casi absoluta, quitando
algunas luces a lo lejos, dejando que las sombras de los arboles jugasen a su
antojo e incomodasen un poco a la Mujer.
Se sentó en la piedra, haciendo que su
piel se erizase al contacto de la misma, pues llevaba una minifalda de licra negra, que
al sentarse se le había subido de tal forma que dejaba sus nalgas al aire y lógicamente
al contacto directo con la fría piedra de la mesa.
Se encendió un cigarro y esperó, sin
saber muy bien que es lo que deseaba, si un plantón o que acudiesen al menos
dos o tres personas a la cita.
Al cabo de una media hora empezó a
escuchar murmullos lejanos, parecían masculinos, pero no se quería adelantar,
quizás fuesen transeúntes o alguien dando un paseo, aunque a esa hora, sería
algo extraño.
No tardaron mucho en acercarse a la
Mujer, tocar sus hombros y espalda semidesnuda.
Ella noto unas manos fuertes agarrando
sus hombros, a la par que otras delicadas rozando su espalda.
Uno de ellos se coloco delante de ella,
abriendo sus piernas lentamente, apartando el tanga, comenzó a masajear su sexo
palpitante.
El Otro, sentado encima de la mesa con
los pies en el otro asiento y girado hacia ella, comenzó a lamer su cuello y a
masajear sus senos.
Uno, mientras masajeaba el sexo de la
Mujer, saco su pene y puso las manos de la mujer en el mismo, para que ella
también jugase.
Así bien, no tardo en comenzar despacio y
pasionalmente a maniobrar con su glande. Mientras que el mismo, introducía los
dedos anular y corazón dentro de ella, haciendo que gimiese a un alto volumen,
Otro siguió masajeando sus senos y pezones ya duros y erizados.
Este también sacó su glande, que ya se
encontraba duro y ardiente, pues ver a aquella desconocida gemir mientras, Uno,
la follaba con su mano, le ponía en exceso.
Mientras Otro masajeaba los senos de la
Mujer con una mano, con la otra jugaba con su pene erecto.
Uno hizo un gesto a Otro y cogiendo en
volandas a la Mujer la cambiaron de posición.
Ella de pie, Uno detrás suya, abriendo sus nalgas,
contemplando su ano, su sexo húmedo y chorreante, Otro frente a ella, con su falo
en la mano. La falda de ella se posicionaba ridículamente en la cadera a conjunto
con la camiseta, dejando todo al aire.
Uno le introdujo su gran glande, de forma
visceral, con las manos agachó la espalda de la mujer, para que pudiese comer
el duro sexo de su compañero.
Uno agarro sus caderas, Otro su cabeza y
comenzaron al mismo ritmo a introducir sus glandes por los diferentes agujeros.
Desmesuradamente, la mujer salivaba sobre
Otro, a la par que gemía por las embestidas descomunales de Uno.
El sonido ambiente, ruido de grillos, pájaros
nocturnos y demás maleza de la noche quedaba sepultado por los gemidos ahogados
de la Mujer.
Mientras continuaban en esa posición,
apareció otro hombre, el tercero.
No quería molestar ni tan siquiera
participar, el solo había ido a mirar tal espectáculo. Se sentó en la mesa y comenzó
a jugar con su glande mientras se relamía observando a los tres cuerpos moverse
rítmicamente.
Otro miró a Uno, suficiente para que este
entendiese que quería cambiar las tornas.
A Uno le pareció perfecto pues necesitaba
descansar un poco para poder aguantar más tiempo sin correrse.
Otro la cogió por el cuello y beso su
boca, húmeda y algo pegajosa. La cogió y
subió encima de él, Ella hizo lo propio y se abrazo al cuello del Hombre,
(Otro), y con las piernas hizo un lazo sobre su gruesa cadera.
Agarrando las nalgas de la mujer, comenzó
a subir y a bajarla sin ninguna dificultad pues Él era mucho más grande que
ella.
Los gemidos se entremezclaban nuevamente
con los de los dos hombres, pues el tercero llegaba al climax observando tal
escena devastadora para el interior de la mujer, pero a la vez tan gratificante
para ambos.
Como si de un Oso se tratase, el Hombre
que embestía a la mujer vertió en su interior todo su líquido de dioses, su
hidromiel, espeso y caliente. Un gemido descomunal, acompañado de una cachetada
en las nalgas de la mujer.
La bajó al suelo y el líquido del hombre
bajaba lentamente por los muslos de la mujer. Las piernas de esta temblaban de
la tensión.
Cedió el turno a Uno quien cogió a la
mujer y apoyándola en la mesa dejó sus cachas en pompa, rojas y calientes, abriéndolas,
pasó la lengua desde su ano hasta su sexo haciendo que la Mujer siguiese gimiendo
ante tal gesto.
Su glande iba a explotar y necesitaba
hacerlo dentro de ella. Introdujo lentamente el capullo para terminar fuerte y
duramente con la metida, el cuerpo de la mujer se irguió y su piernas temblaron
aún mas, casi haciéndola ceder, el hombre, (Uno), haría la misma jugada varias
veces más, engañando al cuerpo de la mujer, para después castigarlo con una
embestida cada vez mayor y más dura.
Ella ya había llegado al climax, pero
tenía que esperar a que el hombre que ahora la follaba acabase. Su cuerpo se convulsionaba
del placer, su sexo húmedo, chorreaba elixir de Dioses.
Y el hombre como un animal salvaje, en
aquel boque, a ojos de aquellos dos hombres ya satisfechos, embestía a la
mujer, una y otra vez, cada vez más fuerte. Dando cachetadas, apretando sus
piernas.
Finalmente, en un gruñido de placer, Él,
llego al climax absoluto, y derramó su
Hidromiel, en el interior de la mujer, juntándose con la de la misma y la de su
otro compañero.
Respiraban a trompicones, con Él aun
dentro de ella. Ella se echó lentamente para adelante, notando el vacío que
dejaba aquel glande tras de sí.
Tres cuerpos sudados, cansados, cuatro cuerpos
satisfechos, se encontraban en las afueras de la ciudad, fumando el cigarro de
después.
Acariciándose entre todos, sintiéndose como
animales en el bosque.
Hasta la próxima queridos.
Animales anónimos sin nombre, eso somos en la noche, depredadores y presas, cuando caen nuestras falsas máscaras de Humanidad y sale nuestra verdadera naturaleza. Gracias por deleitarnos de nuevo, deliciosa y perversa Acid. Ojalá nos encontremos en un bosque oscuro, o en un descampado...pero me pregunto quién sería el gato...y quién el ratón.
ResponderEliminarGracias querido Diabolik, añadir que Todo es cuestión de salir a jugar o en su defecto de salir a cazar.
ResponderEliminar