jueves, 4 de julio de 2013

Vampirismo.


El vampirismo Clínico es un raro trastorno mental caracterizado por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro.
Aunque en la literatura médica se trata el tema desde hace de más de cien años, la bibliografía mas bien escasa. El vampirismo fue propuesto formalmente como condición clínica particular en 1985 por Herschel Prins y en 1992 Richard Noll describió sus características con el nombre de síndrome de Renfield.
En la historia existen casos conocidos, como pueden ser;
Vlad Draculea,  Guilles de Rais, Condesa Elizabeth Bathory, Fritz Haarmann, Peter Kürten, Bela Kiss, Allan Menzies entre otros muchos.
Más adelante, trataremos estos casos uno a uno, hablando de sus sádicas y curiosas aficiones.
Añadir que se debe distinguir de comportamientos sociopáticos y rituales sangrientos que caracterizan algunas sectas religiosas, como por ejemplo los seguidores de la Diosa Kali en la India o de la Santa Muerte en México.
Fuente: Wiqipedia.

Así bien, la excitación de la sangre es muy poderosa, tanto como para el que sufre la extracción y el corte como para el que lo produce. Sentir una vez más el poder de la vida y de la muerte. Sobreexcitación por el líquido carmín vital.

Divagar entre ríos acarminados, diluyamos nuestros sentidos entre las siguientes líneas y dejemos que nuestra mente, una vez más imagine la situación que a continuación se relata.
                                             ....

Grandes lámparas de araña y cristal de bohemia inundaban de una tenue luz de la gran sala. Un cuadro oscuro y lúgubre de un artista desconocido decoraba toscamente una de las paredes, cubriendo otra de ellas un gran mural con diferentes herramientas, tales como cuchillos de diferentes tamaños, empuñaduras y filos, catanas, fustas, látigos y demás utensilios más que llamativos. Faltaba un cuchillo.
En las dos paredes restantes se hallaban colgadas diferentes máscaras, venecianas, africanas, de rasgos animales e incluso de látex y polietileno.
En medio de la gran sala, se disponía una cama redonda, cubierta de sabanas rojas y negras, de un raso exquisito, brillante.
Una mesa de ébano se encontraba a su lado, con dos copas recubiertas de oro y un cuchillo de empuñadura dorada. Con un filo brillante, puntiagudo.  
En el centro de la cama, encima de las sabanas negras, con las rojas apartadas a un lado, dos cuerpos, uno encima del otro.
Ella bajo ÉL, Él sobre Ella. Ambos desnudos, Él acariciando los senos de ella, Ella el pecho de Él.
Se acercó lentamente a su cuello, retiró el pelo y comenzó a besarlo, a lamerlo con sutil ansia, tenía los colmillos bastante afilados y Ella los notaba rozar su piel blanquecina.
Con una mano agarraba uno de sus senos y lo masajeaba circularmente a la par que daba pellizcos en su pezón ya duro, ella intentó cruzar las piernas pues comenzaba a sentir la humedad de su sexo y las palpitaciones en el mismo, también notaba la dureza del de su oponente masculino.
Él alargó la otra mano y cogió el cuchillo que hizo un sonido escalofriante, para los oídos de la mujer, al rozar con el filo la bandeja en la que se encontraba.
Mientras mordía con mayor fuerza el cuello de Ella agarro su mano y la entregó el cuchillo, otorgándola el poder, el mando.
Mordió una última vez con fiereza y consiguió un leve desgarro, la Mujer gimió de dolor y placer, el sabor a sangre invadió rápidamente las papilas del Hombre, su erección se hizo mucho más notoria.
Absorbió el líquido carmesí y en un giro puso a su oponente femenino sobre Él, sobre su abultado, caliente y duro sexo.
Ella lo noto, se balanceó sobre Él pero sin llegar a la penetración.
Con el cuchillo en la mano, comenzó a pasarlo por el pecho del hombre, que la miraba con cara de lascivo deseo, con sus manos en las nalgas de la Mujer, las cuales apretaba hacia abajo para que notase lo que pronto se metería dentro de su Núcleo vital.
En un gesto lento y sádico ella clavó la punta del cuchillo en el pectoral derecho del cual brotaron pequeñas gotas carmesíes y continuó hasta llegar bajo su pectoral izquierdo, haciendo una herida considerable que comenzaba con velocidad a sangrar.
Ambos sentían el placer que este líquido rojizo ofrecía visualmente, dejó el cuchillo encima de la cama y cogiendo una de las copas doradas lo puso en la herida que manaba sangre.
Cuando estuvo considerablemente llena, ella lamió la herida, dio un pequeño sorbo de la copa y continuó lamiendo el pecho del Hombre para seguir bajando a su sexo en plena erección.
Introdujo entero su ardiente falo y comenzó con un ritmo desorbitante a comerlo, lamerlo e incluso morderlo, el flujo del hombre se mezclaba con el sabor férreo de la sangre, lo cual producía en la mujer un éxtasis doble.
Él no quería esperar, tumbó a la mujer y bebió de un sorbo lo que quedaba de la copa, puso las piernas de ella sobre sus hombros y el sexo de la mujer quedo al descubierto, sin protección posible, lamió sus dedos e hizo que ella también lo hiciese estos se mojaron de saliva, sangre, flujo del Hombre que aun continuaba en las comisuras de la mujer, pasó su mano sobre la vulva e introdujo visceralmente su grandioso miembro dentro de ella.
No había compasión, el éxtasis que le producía la sangre hacía que sacase la Bestia oculta, el animal interior, el sonido que se producía al meter y sacar su órgano viril se mezclaba con los gemidos de ella, que también se encontraba extasiada.
En cada embestida ella pasaba la mano por su pecho aún sangrante y le daba a lamer a Él, para después hacer el mismo movimiento y lamer ella.
El sabor de su sangre era exquisito y producía en ellos un placer procedente de otro mundo.
La puso a cuatro patas en aquella cama redonda, donde se deslizaban por el raso de las sabanas ya humedecidas y cogiendo el cuchillo nuevamente, esta vez fue Él quien asesto el tajo en la nalga izquierda de la Mujer, lamiendo la sangre que manaba de su cacha, lo cual excitó mas si cabía al Hombre, esto hizo que la penetrase con mayor fuerza, cogiéndola por la cintura, cruzando los brazos, mano derecha en cadera izquierda y mano izquierda en cadera derecha para así hacer más fuerza y poder controlar la embestida.
Ella gemía cual perra, sentía su sexo húmedo y caliente, notaba como el de Él entraba y salía con la ferocidad del mismo Diablo.
Notaba su corazón en el cuello, en su nalga, en su sexo. Todo se encontraba en una perfecta sincronía.
No tardaría mucho más en llegar al clímax total, Él lo sabía y por eso continuaba con el ritmo frenético, quería que se corriese a la par que él, sentir ambos líquidos mezclarse dentro de ella.
La cogió por la cintura y la tumbo encima de Él, quería ser cabalgado. Quería que ella acabase con Él.
Así bien, Ella hizo lo propio y comenzó a subir y bajar. Él notaba sus nalgas, la sangre que manaba de una de ellas en sus testículos, las notaba botar sobre él.
Notaba la ferocidad con la que ella saltaba y se movía circularmente. Ella hincó sus uñas en su pecho magullado lo que a él excitó aún mas, no la dejó continuar, la abrazo fuertemente, inmovilizándola y haciéndola presa de su glande, comenzó a embestirla una vez más, escuchando sus gemidos en su oído, mientras ella también mordía con ansias su cuello.
Un calambre recorrió el cuerpo de ella, noto también como las piernas de Él se tensaban.
El derramaba su Hidromiel en su interior, Ella gemía, expulsaba entre tanto el elixir y manjar de Dioses.
Compenetrados, habían llegado al clímax único y total. Respiraban y aun gemían como animales.
La gran sala olía a sexo, a sangre, a sudor y flujos de Hombre y Mujer.
Pronto beberían y fumarían para celebrar aquel rito sexual.


Mientras tanto, hasta la próxima parafilia queridos.

3 comentarios:

  1. Cada vez mejor, más visual, más real, casi se puede sentir, oler y saborear... Ojalá este Blog fuera en 4D. Sangriento, de un romanticismo contemporáneo y un gótico moderno...ha hecho hervir mi sangre, pero de excitación y admiración. Enhorabuena, mi vampiresa Acid. Ya lo decía el Príncipe de las Tinieblas: "La sangre es la vida..."

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    1. Usted siempre tan atento querido Diabolik, "La sangre es la Vida..." Y como tal se ha de derramar, de una forma u otra...Visceral y pasionalmente.

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  2. Me encantó, casi puse sentir el exquisito aroma...
    Aplausos.

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