El candaulismo o candalagnia, son términos
médicos que se refieren al impulso psicológico de un sujeto de exponer a su
pareja sexual a imágenes de ella o él, ante otras personas con el fin de
obtener gratificación erótica. Es una variante del candaulismo, el sujeto
obtiene gratificación sexual obligando a su pareja a exponerse sexualmente,
desnudarse o realizar actos sexuales con otra persona. Se agrupa entre
trastornos del comportamiento sexual con respecto al objeto con el que se
obtiene placer erótico.
A veces, este comportamiento se toma
hasta el punto de permitir que se llegue a una relación sexual, una práctica
definida como triolismo por intercambio de pareja. En ciertos casos, la
relación evoluciona hacia una unión estable entre las tres personas, conocida
como ménage à trois.
Pese a que la sociedad está cortada por
unas normas básicas y arraigadas a una moral normalmente religiosa, muchos son
los que viven a un lado de estas reglas marcadas, viven descubriendo su
sexualidad y su verdadero Yo. Y no por ello son mejores o peores, el deseo
sexual es libre y partiendo de una norma básica, la de qué ambos quieran, el
resto las escriben los amantes.
Dicho esto, liberemos de nuevo nuestra
imaginación y mente por las líneas que aquí aparecen, dejemos escapar nuestros
deseos más íntimos.
Brisa otoñal, calles escurridizas, las
farolas recién encendidas iluminan una gran casa, una casa pintada de blanco,
con una gran puerta de madera engrandeciendo la entrada.
En su interior una pareja, Ella en el
aseo, dándose un baño de espuma, lavando su piel con agua caliente, frotando y
masajeando sus senos con placer, disfrutando de su cuerpo.
En el dormitorio, Dos, mirando impaciente
por la ventana, observando la calle, ahora solitaria, un cielo oscuro,
estrellado, perfecta estampa otoñal, pero ¿Dónde estaba Tres? se preguntaba
tocando sus genitales con delicadeza.
Diez minutos después un coche aparca
frente a su casa, era Tres. Él hombre baja a la planta de abajo y abre la
puerta paciente pero a la vez ansioso porque su invitado atravesase las puertas
de su fortaleza.
-Bienvenido,
Ella está dándose un baño, no sabe nada, así qué no te extrañe su reacción.
-De acuerdo,
¿Tienes una copa?
Ambos hombres suben al segundo piso, Dos,
sirve dos copas, se ponen cómodos.
Una fina bata cubría sus cuerpos, Dos,
sentado en una butaca de cuero negro colocada frente a su grandiosa y alta cama
de matrimonio.
Tres, sentado en esta, bebiendo de su
copa. En silencio, esperando, esperándola.
Una luz tenue pero cálida inunda la
habitación, Tres puede notar que las sabanas de la cama son de lino. Tras dos
copas más, la puerta del baño se abre, con la joven mujer desnuda, petrificada
mirando a aquel hombre que pese a su atractivo es un simple desconocido para
ella.
Antes de que pueda gritar, huir o atacar,
Dos, su marido, habla con serena pasividad.
-Querida,
te presento a Tres, esta noche será tu compañero de juegos.
Ella incrédula, mira a ambos, se tapa los
senos y su monte de Venus dándose cuenta de que está desnuda.
-¿Qué
quieres decir?
-Llevo tiempo queriendo observar como juegas con otro hombre, ver lo guarra y puta que eres con otro. Te doy mi beneplácito para que folles con Tres, ya sabes su nombre, ya no es un desconocido para ti.
-Pero…
-No,
no hay peros querida. Adelante Tres, qué comience el espectáculo.
Tres se levanta decidido, nada le va a
detener, desea a esa joven y delicada Mujer. Quiere jugar con ella, su marido
le es indiferente.
Se acerca a ella, agarra su cuello con
delicadeza y la besa. Besa sus labios con pasión, qué en un principio no es correspondida, pues
Ella pese a no resistirse se queda inmóvil, tapándose aún los senos y sexo.
Saborea su delicada piel, hasta el punto
de erizarla de tal manera que un escalofrío recorre el cuerpo de la mujer.
Con la mano en su espalda, la atrae hacia
él con fuerza, la besa de nuevo, esta
vez ella excitada por semejante ímpetu se deja llevar y corresponde a su
beso.
Sus lenguas juegan, pasan de boca a boca,
creando curvas imposibles, Ella nota la presión que ejerce el miembro de Tres
en su cuerpo.
Dos acaricia su sexo, ya erecto, mientras
ve a su mujer besarse con aquel hombre, observa la escena, pone mucha atención
a cada gesto.
Tres sube a horcajadas a la Mujer, apoya
su cuerpo en la pared y lame sus pechos, los come con ansia, pone duros sus
pezones, hace que su sexo se humedezca.
La mujer es mucho más pequeña que Tres,
por lo que este puede maniobrar perfectamente con ella, tanto es así, que en un
rápido gesto coloca el sexo de la mujer a la altura de su boca, esta apoyada
aun en la pared enlaza sus piernas al cuello de Tres, agarra su cabeza y tira
de su pelo, este comienza a lamer el
clítoris rosado de la mujer, a mordisquear sus labios, a introducir con rapidez
su lengua. Ella gime, gime a la par que tira de su pelo y aprieta los muslos
contra su cara, deja de notar la presión de su espalda contra la pared.
En su butaca, Dos, masajea su glande,
erecto y lubricado por su propia saliva. Adora verla gemir.
Con ella aún encima de sus hombros, se
dirige a la gran cama, su cuerpo cae con delicadeza sobre esta, húmedos sus
muslos que ahora se aprietan mutuamente por la excitación.
Tres se acerca a la pequeña cubitera que
reposa tranquilamente en la esquina de la cama y coge dos hielos, nota el frío
en su mano y observa la ventana empañada por el calor del interior. Sonríe
lascivamente y se gira mirando el cuerpo agitado de la mujer.
Se sube encima de ella, roza con su pene
el clítoris de la mujer, lo que hace que esta gima y se revuelva sobre si.
Con los tres hielos se acerca a su cuerpo
y con sutileza roza sus labios, lame los dos cubitos de hielo y los comienza a
pasear por el cuello de ella, estos rápidamente comienzan a derretirse dada la
temperatura de su piel, sigue bajando hasta sus senos, los rodea y hace que
estos se pongan firmes y duros de nuevo, continua y se posa en su delicada y
casi inexistente barriga, agarra con fuerza los hielos y deja caer las gotas sobre
su cuerpo.
Ella gime de placer, a la par que de
excitación.
Tres agarra la cabeza de la mujer, hace
que se incorpore y pone su boca a la altura de su glande encendido, lo
introduce y mueve rítmicamente, llegando hasta la profundidad de su garganta,
ella comienza a salivar, mojando la cama, sus piernas, las de Tres.
Hace sonidos guturales, lo cual a su
Marido, excita de sobre manera, él, por su cuenta, maniobra sentado en su
butaca, cual mero observador de una película porno amateur.
Ella mira a Tres de forma Picara mientras
engulle su firme pene, quiere que la folle, y lo quiere ya. Pero Tres tiene que
seguir un juego, no el de ella precisamente.
Le tiemblan las piernas, justo momento
para separarla y tumbar de nuevo su cuerpo.
-Cierra los
ojos, no los abras hasta que yo no lo diga.
Ella obedece y esta vez, de la mesilla
coge un bote, el cual destapa e introduce los dedos en el.
Da de lamer a ella. Es dulce, pegajoso y
tiene una textura sublime. ¿Miel? Se
pregunta ella confusa de nuevo.
Alza el bote y deja caer un fino chorro
de aquel espeso líquido sobre su pecho y senos. Está caliente.
Su espalda se curva casi en un arco
perfecto dejando entrever las costillas, sin saber bien la razón, al tener los
ojos tapados, se excita más al notar la textura y el olor agudizado de la miel,
si, corrobora que es miel.
El Marido, sigue rítmicamente frotando su
rígido pene, disfruta viendo la escena.
Tres se acerca a la mujer y lame la miel
de sus senos, dejando su piel pringosa, absorbe su pecho mientras que baja la
mano derecha hacia el clítoris, el cual masajea con lentitud, ella, gime,
siente, goza, cuando su cuerpo de nuevo crea una parábola casi perfecta, introduce
dedo índice y corazón, aprovechando la humedad que ha creado ella sola por la
excitación.
Los embute hasta dentro de tal forma que
los gemidos de ella ensordecen la habitación y excitan tanto a Tres como a su
Marido, un manantial blanquecino emerge sobre la mano de Tres.
Este termina de lamer lo que puede de la
miel, dejando húmedos sus pechos, se gira hacia el tercero sentado en su butaca
de cuero, esperando una señal, que pronto llega en forma de afirmación. Luz
verde para hacer lo que todos desean que haga, Penetrarla.
Apoya las piernas de la joven en sus
hombros y acerca su cuerpo hacia él, formando una ele perfecta con el de ella,
esta suspira de impaciencia, su sexo esta húmedo y deseoso.
-Abre
los ojos.
Ella lo hace y se pierde en la mirada
lasciva y perversa de Tres, se muerde el labio y siente como se introducen
dentro de ella con delicadeza. Gime de placer, su cuerpo vibra.
Cuando aún no ha terminado de meterla,
Tres da un espasmo inhumano hacía dentro, de tal forma que la mujer grita en
una mezcla de goce y dolor.
Saca su pene lentamente, repite el gesto,
primero despacio, ambos notan como entra, la humedad que ella tiene, la dureza
que posee Él, de nuevo la embestida, dura y feroz.
Ella nota como en cada embestida su
cuerpo retrocede sobre las sabanas de lino, agarra las nalgas del hombre e
involuntariamente marca el ritmo de las embestidas, cada vez más rápido e insaciable.
Tres se gira y mira a Dos, que se
encuentra ensimismado viendo como aquél hombre folla a su mujer, de cómo ambos disfrutan
de ello, hace un gesto, quieren que cambien de postura. Este da una última sacudida y nota el vacío
que deja al salir.
Baja de la cama, la cual queda a la
altura de su falo húmedo, erecto, agarra por los tobillos a la mujer y la
arrastra hasta Él, sin soltar sus piernas, embiste su cuerpo, introduce su pene
con tal fuerza que Ella grita, disfruta a la par que la duele, sus senos botan
en su propio cuerpo.
El observador acelera el ritmo, esos
gemidos le gustan demasiado.
Tres sigue embistiendo a la joven, ambos
gimen y gruñen, sienten la entrada y la salida del glande, la humedad del sexo
de ella, la dureza de él. Sienten el placer mientras sudan.
Dos quiere ver la cara de su mujer cuando
ambos lleguen al climax total, le hace un gesto a Tres, el cual entiende a la
perfección.
Tres para en seco, con su pene dentro de
ella, esta abraza con sus piernas las de Él, pues sigue disfrutando al notarle
dentro de su sexo húmedo y caliente.
Sin salir, se incorpora hacia ella, con
pura lascivia lame sus labios, lentamente sale y de nuevo coloca la mano en su
espalda , hace un giro rápido colocando a la mujer boca abajo, a ella no le
hace falta más y entiende que postura van a hacer.
Se pone a cuatro patas y alza su culo en
pompa, dejando ver sus labios húmedos, sus nalgas redondas y blanquecinas, mira
a Dos, (el cual mantiene ya un ritmo frenético), con cara de perversión, sonríe
a la par que lame sus labios.
Tres se coloca detrás, agarra con una
mano su cadera y da una palmada en su nalga, introduce mansamente su glande a
la par que coloca la otra mano en la mano usando de apoyo la clavícula de la
mujer.
Comienzan las sacudidas, Dos mira a su
mujer, observa a la par que se masturba, como gime, como su cara muestra el placer que Tres la ofrece.
Notan como entra, como desgarra el
interior de la joven, ya no hay marcha atrás. Las piernas de tres tiemblan, los brazos de ella ceden, van a
llegar al culmen del regodeo absoluto.
Los tres van a llegar al culmen, todos
gimen, sienten el placer, cada uno en singular, todos en plural.
Tres continua embistiendo a la mujer,
apretando su cadera para mayor empuje, notan un calambre que recorre su cuerpo.
Hidromiel que se derrama, caliente y
espesa, por su interior, por el interior de la joven.
Ambos gimen, ella desesperada para
finalmente llegar al éxtasis del momento.
Dos por su lado, gruñe y gime mientras ve
a su mujer correrse para también acabar llegando a su propio climax personal.
Respira agitado, se limpia con el batín, suspira
y Se levanta, sirve tres copas, Tres se retira, se sienta en la cama y seca su
frente, la joven se desploma en la cama, aun gimiendo y sudando por el placer.
Dos le acerca la copa a su mujer y a su compañero.
Brinda a su salud y se sienta en la cama junto a ellos, acaricia la espalda de
su mujer.
Quedando la habitación con las ventanas
empañadas, oliendo a sexo, en silencio, con tres cuerpos agitados y sudorosos.
Hasta
la próxima Parafilia queridos.
Morboso, pringoso, perverso y pervertido...se supera usted, srta. Acid, por momentos. Más largo que los anteriores y por tanto más tiempo de disfrute y deleite, porque no pierde, sino que gana cada vez más, en ritmo, descripciones, personajes, diálogos...y se mete uno en la historia, y en donde se meten sus protagonistas, hasta alcanzar el clímax con ellos. Su prosa sí que derrite el hielo, sugerente Acid...y atrapa como la miel hace con las moscas.
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ResponderEliminarMuy buen relato, la animo a seguir escribiendo,
ResponderEliminarenhorabuena!